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Capítuloo!!

Capítulo 61! Me acabo de dar cuenta de que no sale el capítulo en blogger, no sé por qué pasa eso xddd.
Bueno, aquí os dejo el enlace, aunque también está abajo, de esta entrada, publicado xd:  http://amistadcononedirection.blogspot.com.es/2014/02/capitulo-61-todo-lo-que-trae-la-lluvia.html

Besitos :)

Capítulo 61: Todo lo que trae la lluvia.


La última alarma sonó. Kesha suspiró con fuerza, cansada del trabajo realizado durante todo el día.
-Me voy rápido.-Dijo poniéndose en pie y guardando el libro y el cuaderno en su mochila.
-Vale. Nos vemos esta tarde.-Respondió Amy con una sonrisa cerrada en su rostro.
La pelirroja asintió y con una sonrisa terminó de guardar sus cosas en la mochila. Salió de la clase con presura y avanzó hasta su taquilla. La abrió y cogió la agenda que se encontraba bajo todos los libros. Justo al cogerla, un pequeño papelito doblado
se cayó al suelo.
Extrañada y con el ceño fruncido, se agachó a cogerlo. Cerró la taquilla con sumo cuidado y se apoyó en ella para leer la nota.
La desdobló y miró aquella letra. No era suya.
-"Yo, Niall James Horan, me comprometo a casarme el verano que viene si lo desea para que podamos tener muchos hijos y vivir felizmente juntos de una vez por todas"
Sonrió instintivamente. No lo había escrito él, claramente, era una broma de los chicos, escrita a puño y letra de Liam. La primera vez que la leyó pensó que era cierto y se extrañó enormemente, pero después al ver a los chicos riéndose cuando estaba hablando con Niall sobre el asunto, se dio cuenta de todo.
Suspiró y la dejó de nuevo dentro de las páginas de la agenda. No tenía ganas de tirarla, ni siquiera quería hacerlo.
Anduvo por el pasillo y vio que algunos chicos la miraban y cuchicheaban entre ellos, riéndose. La pelirroja frunció el ceño al no saber lo que estaban diciendo de ella y, colocándose un rebelde mechón tras su oreja, comenzó a caminar más rápido a la salida.
Allí, Richard la saludó con la mano. Iba con unos pantalones largos blancos y rojos, parecidos a los típicos de las películas hawaianas. Además llevaba una sudadera roja de Obey, con las letras en negra. En su cabeza se posaba un gorrito de lana negro, el cual era de su primogénita. En la mano llevaba muchísimos carteles con fotos y folios escritos.
-¿Richard?-Kesha abrió mucho los ojos, más bien preguntándose a sí misma si lo que estaba viendo era cierto.
-A ti te estaba buscando.-Respondió el hombre con voz encantadora.
Algunos chicos que pasaron por su lado soltaron una risita y se pusieron a hablar entre ellos.
La chica suspiró, exasperada.
-Estás haciendo el ridículo.
-Sólo quiero pasar un rato contigo, dame una oportunidad, por favor.
Kesha ladeó la cabeza y se rascó la barbilla pensativa. Por una parte quería, pero por otra sabía que sería demasiado fácil.
-Está bien...-Cedió al fin con un profundo suspiro.
-Genial. ¿Traes el coche?
Kesha frunció el ceño.
-Claro.-Respondió.-¿Cómo crees que vengo si no?
-Es verdad.-Asintió el hombre mientras movía la cabeza de arriba a abajo con gran euforia.-¿Me dejas conducir?
-Eh... vale.-La joven se encogió de hombros y sacó las llaves, entregándoselas.
-Gracias.
Se montaron en el coche y la joven fijó su mirada en aquellos carteles que Richard había dejado en el asiento trasero.
-¿Eso para qué es?
-Oh. Es algo.-Soltó una risa neviosa.
-Gracias, has solucionado todos mis problemas.-Ironizó con tono cortante, apoyando
su codo en la ventanilla del asiento del copiloto.
-¿Te gustaría comer en un tailandés?
-Me da igual.-Contestó la pelirroja.
-¿O prefieres un italiano?
-No me importa.-Se encogió de hombros.
-No, no, dime. ¿Qué prefieres?
-Que me da igual en serio.-Respondió elevando un poco la voz.
El hombre resopló y paró secamente en un semáforo en rojo.
-Oye, si vas a estar así de borde ni me molesto en seguir con ésto. Sólo quiero pasar un buen rato contigo como hacíamos antes. Como cuando Bryan estaba...-Suspiró profundamente mordiéndose el labio inferior, no debería haber sacado ese tema.
Kesha agachó la cabeza y asintió para sí misma.
-Prefiero comida italiana.-Acabó por decir.
-¿En serio?
-Sí. Tengo ganas de unos buenos raviolis.
-Está hecho.-El hombre siguió conduciendo ya que el semáforo se había vuelto a poner en verde.

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Zayn esperaba a sus amigos sentado en un banco frente al instituto. Movía la pierna derecha con nerviosismo. Sacó un cigarrillo de su paquete de tabaco. Lo encendió y dio un par de caladas.
Niall salió el primero. Bajó las escaleras y vio a Lidia. Se miraron unos segundos pero ella rápidamente apartó la mirada y se fue. El rubio suspiró y salió, viendo a su amigo... ¿fumando?
-¿Pero qué haces?-Corrió hacia Zayn y le dio en la mano, mientras el cigarro se caía y rebotaba en el suelo.
-Lo siento, estaba nervioso.-Respondió el moreno agachando la cabeza y aplastándo el cigarro con su zapato.
-¿Qué te pasa?-Se sentó a su lado y le miró elocuentemente.
-Nada importante, en serio.-Suspiró y le dedicó una sonrisa a su amigo.-Estoy bien.
-¿Por qué no has venido a clases?
-Ayer me acosté tarde.-Respondió sin darle demasiada importancia al asunto.

                                                                 ~~~~~~~~

Aida salió de clase, despidiéndose de su compañera Stivy, con la cual le había tocado hacer un trabajo de ciencias, y sacó una fiambrera de plástico pequeñita en la que tenía un par de fresas que le habían sobrado del desayuno.
Cogió una y la mordió, feliz, mientras caminaba hacia la salida del insti.
Un chico, pasó por su lado y le dio un codazó en el hombro. La rubia, sobresatada, dejó caer la fiambrera al suelo, con las fresas que quedaban.
-¡Eh! Ten más cuidado.-Espetó alzando la voz. En ese momento se dio cuenta de que
era el ayudante de prácticas del profesor de Idiomas y se ruborizó al momento.
El joven se acercó a ella y se agachó a ayudarla recoger.
-Eres Aida, ¿verdad?-Preguntó con una brillante sonrisa.
-Em.. sí.-Asintió mientras tragaba saliva, nerviosa, y soltaba una risita nerviosa.
Él volvió a reír y ambos se pusieron en pie, a la vez. Tiraron las fresas a la papelera y ella volvió a guardarse la fiambrera en su mochila.
-La próxima vez ten más cuidado rubita.-Respondió dándose la vuelta con una enorme sonrisa encantadora.
-Si yo quiero.-Gritó la chica, volviendo a la rabia.
Él no se giró, simplemente comenzó a reír.
-Idiota.-Murmuró la joven.
Salió del instituto a toda prisa y corrió hacia la parada de autobús, pues aún no tenía carné de conducir ni Claris estaba con ella puesto que no había ido a clases.
Se dio cuenta de que solo quedaba una señora mayor subiendo en el autobús, y que las puertas iban a cerrarse en cuestión de segundos. Abrió los ojos como platos y, con su maleta a cuestas, pegó un spring a toda velocidad para llegar hasta el final de la calle. Vio cómo las puertas se cerraban poco a poco.
-No...-Murmuró mientras intentaba llegar con un último esfuerzo.
Pero todo fue en vano. El autobús arrancó justo cuando la chica estaba llegando. Se paró y apoyó las manos en sus rodillas, mientras intentaba recuperar el aire perdido.
-Ei.-Alguien le gritó desde la calle.
La rubia levantó la vista, cansada y vio de nuevo al mismo chico que antes. Llevaba un casco de moto en su mano.
-¿Qué quieres?-Preguntó ella frunciendo el ceño.
El rubio volvió a sonreír. Una encantadora sonrisa con hoyuelos.
-He visto que has perdido el autobús, ¿quieres que te lleve a alguna parte?
-No gracias.-Se negó Aida sentándose en la acera.-Esperaré al siguiente.
De nuevo, el chico rió.
-¿Sabes a que hora viene?-Preguntó.
-No, ni me importa.
-A las cinco.-Respondió, haciendo caso omiso a sus palabras.
La rubia resopló, exasperada y miró al joven. Pensándolo bien no sería algo tan malo, pero algo no acababa de convencerla.
-Da igual, me quedo.-Contestó dejando la maleta a un lado.
-Como quieras.-El joven se encogió de hombros.-Aunque ahora que lo pienso, no debería haberte tirado las fresas, vas a pasar un poco de hambre.
Aida frunció el ceño.
-¿Lo hiciste a propósito?
-Yo no he dicho eso.
-Lo has insinuado, que es lo mismo.
-Bueno.-Él hizo una mueca.-Quería compensártelo, de ahí a que quisiera llevarte.
La rubia se mordió el labio inferior, sin saber qué hacer.
-Está bien.-Se levantó y se colgó su mochila a la espalda.-Quiero que me lleves a un instituto, está cerca de aquí.
-Espera, me estoy replanteando llevarte ahora.-Vaciló el chico cuando ella se acercó a él.
Aida alzó una ceja y ladeó la cabeza.
-Es broma.-Rió él.
Ambos se montaron en la moto.
-A la cintura, que si no no puedo conducir.-Contestó él con una sonrisa pícara.-Es como en la película española de A tres metros sobre el cielo.
-Solo falta que te llames Hache.-Ironizó la chica intentado ocultar su sonrojez.
-No, me llamo William.-Miró hacia atrás y le sonrió a la chica, alzando ambas cejas y en tono burlón añadió.-Pero agarrate fuerte, fea.

                                                        ~~~~~~~~~~~~~

Harry recogió las últimas cosas en su taquilla. La cerró y caminó hacia el exterior.
-¡Espera!-Gritó alguien, mientras le cogía el brazo para que se parase.
-¿Qué quieres?-Preguntó mientras se apartaba de ella con un brusco movimiento.
-Siento lo del bofetón.-Se disculpó la chica.-No quería pegarte, pero es que no estuvo bien lo que hiciste.
-No debiste haberme pegado Alba. Me dolió.
-Lo siento, no soy de las que van por ahí pegándole a la gente. Además, no sé que gano con eso, eres mi ídolo, ¿recuerdas?-La joven sonrió inocentemente.
-Está bien, te perdono.-Sonrió el chico, mostrando una encantadora sonrisa con hoyuelos.
-Gracias.-Contestó la chica, de nuevo adaptando una voz educada y neutral.
-Entonces, ¿amigos?-Preguntó Harry con voz alegre.
-Yo no he dicho eso.-Negó la chica, enfadándose de repente.-No puedes ser amigo de cualquier persona así como así, primero hay que conocerlo. Somos compañeros de clase, nada más, y no te ilusiones.
-Pero...-No pudo terminar la frase porque la chica suspiró, algo agobiada y se marchó murmurando un "Lo siento" que por suerte Harry logró oír.
Al principio quiso ir hacia ella para ver que le pasaba, pero luego decidió que eso no era lo mejor, al fin y al cabo, como Alba bien había dicho no eran amigos, solo compañeros de clase.
Salió del inti, junto a otros rezagados y vio a los demás en el banquito hablando. Estaban los chicos, Perrie y Jade. Se acercó a ellos y les sonrió.
-Hey Zayn, ¿qué te ha pasado?
-Nada importante.-Contestó el moreno en un suspiro, pues ya le habían preguntado varias veces sobre el tema.
-Buenos, vámonos a casa, eres el último que quedaba.-Dijo Louis dirigiéndole una mirada fría. Luego pasó su vista por Jade, pero ésta hablaba con Perrie con gran entusiasmo. Tenía que hablar con ella, y cuanto antes lo hiciera mucho mejor, pero sabía que ese no era el momento indicado.
Comenzaron a caminar hacia la limusina.
-¡Chicos!-Todos miraron hacia donde provenía aquella voz. Aida se quitó el casco de la moto y los saludó. William, también se quitó su casco y se bajó con ella.
-¿Aida?-Preguntó Harry, algo confundido.-¿Quién es él?
-Es William. Me ha traido como favor por tirarme las fresas.
-Y porque se te ha escapado el autobús.-Apuntó el chico.
-Eso también.-Rió la joven, alegremente.
-Me suenas de algo.-Murmuró Niall frunciendo el entrecejo, intentando recordar.
-A mi también me suenas.-Bromeó el chico.
-Bueno, gracias por traerme.-Aida se giró hacia el joven.-Mañana nos veremos en clases de Idioma.
-Hasta mañana.-Él le guiñó un ojo y se giró a los demás.-Adiós.
-¿Va a tu clase?-Preguntó Perrie, cuando el chico ya hubo desaparecido.
-Es monísimo.-Corroboró Jade bromeando, mientras Louis la fulminaba con la mirada.
-No. Es el ayudante del profesor de Idiomas e imparte clases junto a él.
-Deberías haberme llamado y te hubiese recogido.-Dijo Harry.-Apenas lo conoces.
-No es nada malo que me haya traído.-Bufó la chica, cansada de que su primo la protegiera como si fuera una niña pequeña.
-Ya pero no es conveniente que salgas con un profesor. Por el amor de Dios, ¿cuántos te saca?
-Mira.-La joven alzó la voz, pero la bajó de inmediato.-Yo no te digo nada cuando traes a casa a Holly, que por cierto, no me cae nada bien, solo está buscando tu fama.
-¿Holly?-Louis se giró, algo aturdido.-¿La misma Holly? ¿Estás saliendo con esa?
-No estoy saliendo con ella, simplemente vino a mi casa, y no sé, estamos volviendo a empezar juntos, aunque solo como amigos por ahora.
-Después de todo lo que le hizo a Heather.-Contestó Louis, con un resoplido.
-Ella no tuvo la culpa de nada.-Negó el cantante de cabellera rizada.
-¿Y quién fue entonces la que virtió la pastilla en ese vaso?-Preguntó el mayor.
-Kesha.
Liam bufó.
-De nuevo otra absurda mentira. No sé qué te ha dado ahora con que Kesha era la peor amiga que hemos tenido en la vida. Ella no fue.
-¿No? ¿Entonces quién?-Volvió a insistir Harry.
-Tú.-Contestó Zayn con vehemencia.-Pero no pensabas que haría tanto efecto.
-¿Yo? ¿En serio me estás culpando a mí?
Zayn simplemente giró la cabeza, y se quedó callado.
-Yo creo que fue Holly...-Susurró Niall.-Y si no era ella... no lo sé. De vosotros cinco me fío, Yuriko y Abie no tenían nada que ver y Kesha antes me fiaba muchísimo, pero si os dais cuenta, ahora todo esto encaja. Ella fue la primera que se enteró de lo que le pasaba y nos avisó y luego también fue la primera que se enteró de lo de la cárcel.
-¿Cárcel?-Preguntó Perrie y miró a Jade y Aida, las cuales se encogieron de hombros. Las tres estaban un poco perdidas en la conversación.
-Era la primera en enterarse de todo.-Finalizó el rubio.-Tal vez si que era más mala de lo que nosotros pensábamos.
-Esto es absurdo.-Negó Louis-No sé como podéis pensar eso. El otro día con lo de las noticias donde decía que estaba saliendo con ella os pusísteis a acusarla, y aunque al final todos nos pusimos de acuerdo para no volver a verla jamás, creo que estamos siendo demasiados duros. ¡Fue nuestra mejor amiga y la novia de Niall! El día que nos vimos estuvimos hablando. ¿Sabéis que fuma? Quiso hacer un "cambio en su vida".-Esto último lo dijo haciendo unas comillas con los dedos.-Estuvo sola cuando nosotros y Abie nos cambiamos de colegio porque dejó de juntarse con Yuriko y Heather se fue con Jonathan a no sé dónde. También estuvo un psicólogo, por la muerte de Bryan y además intentó cambiar de parecer por tal de sentirse mejor, tanto de look, como de personalidad. La vi mucho más madura que cuando dejamos de verla. Sigue siendo divertida y todo eso, pero se ve mayor, más de lo que era antes, aún teniendo la cercana muerte de su madre. Y, aunque quedamos en dejar de verla, yo la seguiré queriendo, porque será dificil olvidar todo lo que hemos vivido con ella porque ha sido una de esas personas que marcan la diferencia y con las que puedes ser realmente tú mismo.
-Muchas veces la he echado de menos.-Afirmó Liam.
-Yo también.-Corroboró
Niall mientras se quitaba una lágrima que amenazaba con salir.
-Y yo.-Añadió Zayn.
Harry no dijo nada, simplemente agachó la cabeza, y las chicas se miraron entre ellas con una mueca de tristeza, y es que, aunque no la conocían de nada, estaban intrigadas por saber quién era esa chica.

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Kesha y Richard salieron salieron del restaurante italiano al que acababan de ir.
-¿Y ahora?-Preguntó Kesha.
El hombre sonrió, se quitó su gorrito negro y se lo colocó a su hija en su rebelde melena anaranjada.
-Toma, a ti te sienta mejor.-Sonrió el hombre.
-Gracias.-La joven se tocó el flequillo, nerviosa y sonrió.
-Bueno, vamos al coche, tengo que coger los carteles y las fotos.
No tuvieron que caminar demasiado para llegar hacia donde querían. Él abrió la puerta de atrás y sacó lo que necesitaba.
-Ya está, vamos.
Kesha seguía su padre, pues no tenía ni idea de hacia donde iban a ir. Pasaron calles y plazas y llegaron al Big Ben.
-¿Qué hacemos aquí?-Preguntó la chica.
-Vamos a estar durante unos minutos dando abrazos gratis.
-¿Cómo?-La joven frunció el ceño, confundida.
-Abrazos, pero gratis, además he oído que tocarás en una banda, ¿no? La del cole con esa amiga tuya.
-¿Cómo lo sabes?-Preguntó la pelirroja, frunciendo el ceño y ladeando la cabeza, confundida.
-Me he enterado.
-¿Pero qué tiene que ver los abrazos con el canto?
-Ahora lo verás.-Richard sonrió maliciosamente y su primogénita se temió lo peor.
El hombre se puso de pie en un banco y, tras carraspear, comenzó a hablar.
-Hola. Feliz Navidad a todos. Oh, ya, sé que suena a tópico, pero supongo que es lo que suele decir la gente por estas fechas. Solo queda una semana para Navidad y les deseo que sean muy felices.-Algunos se quedaron mirándolo, parándose en las acera, otros seguían su camino, aunque todos, absolutamente todos, lo escuchaban durante unos segundos pues hablaba con total fluidez y alegría, como si se hubiese preparado el discurso antes de salir de casa.-Venimos a cantar la primera canción de Navidad.
Se bajó de un salto del banco y se acercó a Kesha.
-Venga, vamos a cantar.
-¡Estás loco!-Susurró Kesha.
-Ya no puedes decir que no.-Sonrió y le guiñó un ojo.-¡El público nos espera!

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Los seis estaban en la casa de Louis. Liam intentaba realizar un problema de Mates, Louis y Zayn jugaban a las palmitas en el sofá, Harry jugaba a los pokemon en la DS, Niall escribía algo en un cuaderno y Aida chateaba con alguien por el teléfono tumbada en la alfombra.
-Zayn te has equivocado.-Murmuró el mayor.-Es puños cerrados, manos abiertas y palmada, no puños cerrados, manos abiertas y luego puños cerrados de nuevo, ¿entiendes?
El moreno bufó.
-Esto es de niñas chicas Louis.
-Daisy y Phoebe me obligaron a aprenderme el maldito jueguecito y tú vas a aprenderlo porque me llamo Louis William Tomlinson.
-Que no quiero.-Gimoteó Zayn.
-Que síi.
-No Louis, es un rollo.
-¡WIII!-Harry saltó del sofá y comenzó a bailar.-¡Mi poke ha subido de nivel, mi poke ha subido de nivel!
-¡SÍ!-Gritó Louis a Zayn.-Y no hay más que hablar.
-¿Queréis dejar de gritar?-La voz de Niall hizo el silencio en la habitación. Incluso Liam levantó la vista, con el lápiz tras la oreja.-Estoy intentando concentrarme.
-¿Qué escribes?-Preguntó Aida, interesada.
-Cosas mías.-Respondió el rubio, jugueteando con el boli rosa.
-¿Es un diario?-Preguntó Zayn.
-No.-Negó el irlandés.-Simplemente escribo, cosas.
-¿Trata de lo de ayer?-Preguntó Louis.
Niall alzó sus ojos azules a su amigo y luego agachó la cabeza.
-Sí.
-¿Qué pasó ayer?-Preguntó Harry.
-Que estuvo con Claris.-Se adelantó Aida con una pícara sonrisa.
-¿Claris? No, no estuve con ella. Sólo hablamos por la noche.-El rubio miró a Louis.-Y no le dije nada como tú dijiste.
El mayor hizo una mueca y asintió con la cabeza.
-Pero, ¿cómo que no estuviste con ella?-Preguntó.-A mí me dijo que iba a salir de casa y que estaría contigo. Además añadió que si llamaba su padre que la incubriese diciendo que se había quedado a dormir conmigo.
-Ayer no estuvo aquí.-Añadió Louis.-Niall y yo nos dormimos juntos.
Los demás soltaron una risita.
-Bueno, me refiero a que estábamos en la misma casa, mal pensados.-Rectificó el moreno poniendo los ojos en blanco.
-¿Entonces dónde estaba?-Preguntó Liam.
-¿Ha ido a clases?-Zayn miró a Aida.
-No.-Negó la chica.-También me dijo que estaría con su padre arreglando unas cosas toda la mañana y que por eso no iría.
-Sí, a mí me dijo lo mismo.-Afirmó el rubio.
-Es muy extraño.-Dijo Harry.-¿No estaría con otro?
-¡Pero qué dices!-Exclamó Zayn.
-Eso es imposible, Harry.-Añadió Louis.
-No sé, todo concuerda.-Se defendió el menor.-Primero busca a su amiga para que le cubra y después una mentira que sea creíble. Además, ha sido de casualidad, pero decidme la verdad, ¿creéis que Aida le hubiese preguntado algo de la cita en una situación normal?
Todos se quedaron pensando la pregunta.
-Pero ella es mi amiga, sé que nunca haría eso a Niall, le quiere.-Contestó Aida.
-Esa misma amiga que te ha mentido.-Afirmó su primo.
-¡Ya basta Harry!-Gritó Louis exasperado por la estúpida aunque algo posible idea de su mejor amigo.-Seguro que hay una explicación lógica para todo esto, solo tenemos que ir a verla y que ella nos aclare la verdad.

                                                            ~~~~~~~~~~~

La mujer abrazó a su hija con efusión.
-¡Oh, cariño! Estás preciosa.-Le besó la frente y luego la mejilla.
-Gracias mamá.-Agradeció Heather con una amplia sonrisa.
-Y Jonathan querido, estás guapísimo.
-No me diga esas cosas señora Gray, o al final acabaré por creérmelo.
La mujer soltó una risita.
-Sabes que es la verdad. Anda sentaros.
Los tres se sentaron en el cómodo sofá y la joven cogió una de las galletas que su madre había dejado en la mesa, la masticó y sonrió de inmediato. ¡Cómo las echaba de menos!
-¿Cómo lleváis lo vuestro?-Preguntó la madre de la chica.
Ambos se miraron.
-Bien, muy bien.-Contestó la chica sonriendo.
-Me alegro mucho, se os ve muy felices.
-Gracias.-Agradeció el chico.
-¿Y qué tal por América?
-Oh genial mamá, es todo precioso. De verdad que he pasado unos meses espectaculares.-Heather asintió alegre y se metió el último trozo que le quedaba de la galleta de chocolate con canela en la boca.
-¿Volveréis pronto o aún no?-La mujer le dio un tetrabrik de batido de vainilla a su hija y uno de zumo de manzana a su yerno.
-No, tenemos pensado quedarnos aquí un tiempo.-Contestó el chico y sonrió para agradecerle la bebida que había pedido.
-Eso está bien.-Sonrió la mujer agarrando con fuerza la mano de la chica.
-Teníamos ganas de volver, aunque allí lo hemos pasado de maravilla. Al fin y al cabo Londres es nuestro hogar.-Murmuró la joven.
-Me alegro de que hayáis venido, además quiero saber si es cierto.
-¿El qué?-Preguntó el joven.
-Pues eso que dicen.
-¿A qué te refieres mamá?



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Kesha seguía corriendo, sin saber muy bien hacia donde iba.
-Papá, más deprisa.-Pidió con agonía, mientras miraba hacia atrás.
Se quedó parada y se abrazó a sí misma. Comenzó a mirar de un lado a otro, apenas veía nada, y es que la lluvia cada vez era más intensa. ¡Quién le iba a decir que a mitad de concierto iba a comenzar a llover, así sin más!
-¡Richard!-Gritó. Se quedó unos segundos esperando respuesta, pero no oyó más que el repiqueteo cada vez más fuerte de la lluvia.
Ni siquiera sabía donde estaba, había perdido todo el sentido de la orientación.
-¡Richard!-Volvió a gritar, ahora más asustada. Silencio. Era lo único que le invadía y lo que más miedo le daba en esos momentos. Comenzó a caminar por donde había venido, tal vez su padre se había quedado detrás. Su ropa estaba empapada y tenía frío. Pasó algunas calles sin darse cuenta y llegó al parque. Al sentir el césped bajo sus pies sonrió, pero esa alegría duró poco. Siendo realista deambulaba por rumbo fijo, anduvo un poco más y se fijó en un portal al que apenas conocía. Entró y, apoyándose en la pared, se dejó caer, esperando a que la lluvia apaciguara.

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Habían llegado los seis a casa de Claris en limusina, pues la lluvia en esos momentos era realmente elevada. Llamaron a la puerta y la madre les abrió en seguida.
-Pasad pasad.-Les dijo apresuradamente, mientras se hacía un lado para que todos
pasasen.
-Gracias señora Hollister.-Agradeció Louis, quien entró el último.
-Mi hija está arriba, en su cuarto. Habéis llegado justo a tiempo, pues acaba de llegar.
-Genial, vamos a verla.-Niall fue el primero en subir, Aida le seguía los talones, y los demás iban detrás.
El rubio inspiró con fuerza antes de llamar la puerta. Al ver que nadie contestaba, la abrió con delicadeza.
-¿Se puede?-Preguntó con un hilo de voz nervioso y dubitativo.
La joven alzó su rostro hacia sus amigos. Leía un pequeño papelito que había encontrado en el fondo de su maleta, y no se había enterado del leve ruido que había hecho Niall con sus nudillos en la puerta.
-Hola.-Intentó mantener la calma y dedicó una sonrisa a sus amigos.-Pasad, pasad.-Dejó las cosas encima de su cama y, en cuanto todos estuvieron dentro cerró la puerta con sumo cuidado.
-¿Qué hacéis aquí?
Los demás se miraron entre ellos, ninguno sabía cómo empezar.
-¿Dónde has estado esta noche?-Preguntó Aida sin rodeos.
La morena suspiró.
-En casa de mi hermana.
-¿Y por qué no nos lo dijiste?-Volvió a preguntar su amiga.
-Porque no os íbais a creer que he ido muy lejos solo para verla.-Repuso la joven.
-No me lo creo.-Rebatió Harry, cruzado de brazos.
-Pues no lo hagas, que tú me creas o no, me importa bien poco.-Contestó la morena, con un tono algo elevado.-Y ahora os tenéis que ir.
-¿Nos echas?-Preguntó Aida.
-Tenéis que iros, lo hago por vuestro bien, sobretodo por el tuyo.-Miró a Niall y de repente se sintió culpable.-Lo siento.
-No nos vamos a ir hasta que no nos digas qué es lo que pasa.-Insistió el rubio.
-No puedo.-Contestó ella.
-¿No puedes?-Preguntó el joven.-¿O no quieres?
-Iros ya, por favor.
-No.
-¡Por favor!-Ese grito lo desencadenó todo.
El padre de Claris abrió con rápidez la puerta.
-¿Pero qué?-Se quedó estupefacto viendo a los cinco chicos y a Aida allí. Miró a Claris en ese momento.-¿Qué hacías? ¿Le contabas a tus amiguitos que cuando le conocistes lo espiabas a todas horas? ¿O a Niall que vuestra relación comenzó siendo una gran mentira?
Claris se tapó la cara con las manos, todo quedaba al descubierto, y lo pero de todo es que ahora, ni siquiera los numerosos consejos de su hermana mayor podrían ayudarla...

                                                           ~~~~~~~~~~~

-Hey, Kesha, Kesha.
La aludida escuchaba la voz como si estuviese muy lejana, ¿estaría soñando? Pero no, la voz parecía real.
-Kesha, despierta.
En ese momento una especie de nube blanca se apoderó de ella y, justo entonces, abrió los ojos. Al principio no reconocía el hombre que tenía delante, pero al cabo de unos segundos, comenzó a ver nítido. Sí, ese era su padre.
-Richard.-Murmuró.
-¿Estás bien?-Preguntó.
-Sí.-Se puso en pie con ayuda de él y sintió un escalofrío, su ropa aún seguía mojada. Lo bueno es que ya había escampado.-¿Cómo me has encontrado?
-Me di cuenta de que me perdí, y, me quedé en mi sitio, esperando a que regresaras. Al ver que no te veía comencé a caminar de un lado para otro, pero sabía que eso no iba a servir de mucho, por lo tanto volví al coche como pude y cuando llegué comencé a dar vueltas con él hasta que te he encontrado.
-Tengo frío.
-Lo sé, vayamos a casa.
Richard pasó el brazo por el hombro de su hija y la abrazó a sí. Ambos sonrieron a la vez.

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Candy pasó la hoja de la revista, últimamente esos cotilleos de moda y de famosos le aburrían, cosa que hace unos meses le encantaba. Aunque, pensándolo bien, tal vez no lo odiaba, sino que simplemente no estaba en las mejores condiciones como para disfrutar de ella. La cerró y la dejó en un lado. Se tumbó en el sofá y se tapó con su mata hasta el cuello. Quería descansar, solo eso.
-Hermana, hermana.-La voz de la pequeña Susi la despertó, justo cuando se había quedado dormida.
-¿Qué pasa Susi?-Preguntó la rubia sentándose en un lado, para dejar sitio a su hermana. Sintió un leve pinchazo en la cabeza, puso su mano fría en la frente y esperó a que se le pasara.
La pequeña se sentó a su lado y comenzó a mover sus pies, que aún no llegaban al suelo, con nerviosismo.
-¿Abuela vendrá por Navidad?-Preguntó.
-Claro que sí, ¿tienes ganas?
-Muchas.
-¿Y este año no viene William? Hace tiempo que no lo veo.
-No, no viene.-Contestó la rubia, asombrándose enormemente por la alta capacidad de memoria de su hermana pequeña, y es que incluso recordaba el nombre.
-Hoy me he aprendido la tabla del tres.
-¿La del tres? Pero si solo estás en tercero de infantil, a esa edad aprendí yo a contar.-Bromeó la rubia.
-¿Y sabes qué?
-¿Qué?
-La profesora es tonta, hoy teníamos que dibujar lo primero que se nos pasara por la cabeza y yo dibujé a mamá.-Aida abrió los ojos, sorprendida.-Pero la profe me dijo que a ella no podía dibujarla porque ni siquiera le había visto en persona.
-¿En serio te dijo eso?-Candy frunció el ceño, extrañada.
-Sí. Pero es tonta.-Volvió a añadir la niña.-No se acordaba de que existen las fotos que tiene papá en el segundo cajón del mueble con nombre raro.
La mayor soltó una risita.
-Te refieres a la mesita de noche.
-¡Pues eso!-Exclamó Susi.-¡El nombre raro!
La rubia volvió a reír, cuando el sonido de la puerta le interrumpió. Susi se bajó rápidamente del sofá.
-¡Papá, Kesha!-Gritó al salir del salón. Candy también se levantó y se acercó a ellos.
-¡Vaya! Estáis mojadísimos. Os ha cogido toda la lluvia.
-Sí. Tengo frío.-Contestó la pelirroja soltando una leve risita apagada.-Voy a ducharme con agua calentita.
-Yo también voy a secarme.-Añadió Richard.
La pelirroja subió a su cuarto. Se cambió con rápidez y se metió en la ducha. Abrió el grifo con el agua cada vez más caliente y se relajó.
Salió del baño ya vestida. Caminó a su cuarto y allí preparó las cosas que necesitaría para la sesión de las siete y media con sus amigos en aquel club extraño.
-Eh, Kesha.-Richard apareció por la puerta.
-¿Si?-Preguntó ella.
-Bueno, verás, para Navidad va a ver una sorpresa. Solo quedan unos días para el final de curso y las vacaciones, así que simplemente quería que lo supieras.
-Pero entonces ya no es una sorpresa ¿no?-Bromeó la joven.
-Bueno, ya sabes, simplemente para que no te extrañes.-Parecía algo nervioso.
-Oh, vale.-Concluyó la joven intentando no sonar demasiado seca.
-Bien. Nos vemos luego.
-Adiós.
El hombre desapareció por la puerta y en ese momento Kesha recibió un mensaje. Lo abrió y comenzó a leerlo, quedándose anonadada.


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Hola!! Aquí está el capítulo!!! Por fiiin!! Capítulo 61 wiii ;)
Ya hacía unas semanas que no publicaba, pero menos mal que ya vuelvo xD. Espero que os guste, que deis a las reacciones y que comentéis ;)
Muchos besitooos, os adoro miiil :)