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Capítulo 59: Besos, sentimientos e idea.


Caminaba cada vez más rápido bajo las luces de las farolas de la calle abarrotada de gente. Lloviznaba levemente, y las gotitas caían en su chaqueta de cuero negra. Miró de un lado a otro con disimulo y, en un acto reflejo, entró en un estrecho callejón camuflándose entre el gentío.
La música resonaba en las paredes de un local unos pasos más adelante.
En la puerta, un par de hombres se intercambiaban algo a escondidas, no precisamente bueno.
Él pasó de largo y se adentró en el lugar. Una luminosa luz roja parecida a la de la discoteca le iluminó y una música ambiental inundó sus oídos.
Se abrió paso por la muchedumbre hasta llegar a la barra.
-Un sex on the beach.-Pidió con una tenue sonrisa.
El camarero asintió y no tardó en traerle la bebida pedida. Él bebió un sorbo y el alcohol subió rápidamente a su cerebro.
Una guapa joven se sentó a su lado. Sus grandes ojos azules como el cielo y su pelo largo y negro le hacían resaltar. Pero sobretodo, aquella escotada camiseta negra y esos pantalones ceñidos.
Pidió un vodka con naranja y miró al chico.
-Anda que te dignas a decirme hola.-Ironizó.
-Lo siento, llevo un dia ajetreado.-Se disculpó él mientras bebía un gran trago, dejando el vaso a la mitad.
-Estoy harta de tener que ser siempre yo la que venga a ti.-Bajó la mirada, entristecida, pero no tardó en alzar sus increíbles ojos azules para mirarlo.
-Lo siento. Será la última vez.-Se disculpó.
-Eso espero. Porque la pró...-No pudo seguir hablando porque él la hizo callar con un beso.
-Lo siento, de verdad.
Aquella bonita sonrisa hizo sacar una a la joven.
-Vayamos a otro lado, ¿quieres?-Preguntó él.
Una leve risita salió de los labios de la joven. Agarró la mano de su acompañante y tiró de él hacia otro lugar de aquel pequeño pub londinense.

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Jade suspiró mientras la música salía a todo volumen de sus cascos. En ese momento era la única que la alejaba de su triste realidad.

Y, aunque quería olvidarse de todo, su mente no le dejaba descansar. Louis aparecía en todo momento. Una borrosa imagen apareció de nuevo. "Te quiero". Esa era las palabras que surgían una y otra vez en su memoria, junto a esos ojos azules y esa sonrisa angelical.
Un escalofrío recorrió su cuerpo al recordarlo y se apretujó aún más a su bonita chaqueta negra, mientras seguía caminando bajo las pequeñas gotitas que caían del cielo grisáceo.
-Jade.-Creyó escuchar.
La chica miró de un lado a otro y se quitó la música y auriculares para oír mejor.
-Jade.
Dándose cuenta de donde provenía aquella conocida voz masculina, se dio la vuelta y vio a un guapo joven de bonitos ojos negros. Era Royal, un genial y divertido amigo de la guardería donde trabajaba.
-Hola Roy.-Saludó ella.
-¿Qué haces por aquí tú sóla?
-Bueno...-La chica se encogió de hombros.-Tenía ganas de pasear un rato.
-Si quieres puedo acompañarte.
-No importa, estoy bien. Nos vemos mañana.-Contestó aceleradamente, dándose la vuelta y caminando a paso ligero. Tal vez había sido demasiado brusca, pero en ese momento no necesitaba un acompañante, más bien, quería estar sola.
Aún así, tras unos segundos, sintió la presencia y respiración de alguien a su lado. La chica miró de reojo y pudo ver a su amigo mirándola con una sonrisa.
La chica se paró y se quedó mirándolo.
-¿Qué te pasa?-Preguntó él.
-Nada. Simplemente, quiero continuar mi camino sola. Por favor.
Se dio la vuelta y siguió caminando.
-Pues estás muy rara.-Volvió a decir la voz de Roy, el cual le seguía los talones.-No eres igual en la guardería.
Ella se paró de nuevo y resopló.
-La guardería es distinta. Estoy estresada, aunque me encanten los niños...
-Y estás sonriendo todo el tiempo. ¿Por qué no puedes sonreír en un paseo?
Ahí le había pillado. La chica pensó un poco su respuesta y al final decidió contarle algo para poder deshacerse de él más fácilmente.
-Me has pillado. Es por un chico.-Contestó, ladeando la cabeza.
Al recordar a Louis en su memoria, volvió a sentir un escalofrío por su columna vertebral, y tembló.
-¿Tienes frío?-Preguntó él, al ver la reacción de la chica.
Le cogió las manos con delicadeza.
-Tienes las manos heladas.-Rió.
Jade no dijo nada. Dejó que sus pequeñas y sensibles manos frías se calentaran por las suyas, delicadas e increíblemente calientes a pesar del frío de la tarde.
Fueron unos segundos y ninguno de los dos habló.
-Gracias.-Dijo ella retirando sus manos con un brusco movimiento, agachando la cabeza y carraspeando.-Tengo que irme, Roy.
Se dio la vuelta y ahora sí que nadie le seguía. Sus manos ya no estaban blancas y pálidas del frío, si no que habían recuperado su color rosado natural.
Y, aunque, no había sentido ese cosquilleo que le entraba cuando Louis la rozaba, el simple contacto con la piel de su amigo le habían agradado más de lo que hubiese pensado.

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Niall se quitó una lágrima que descendía por su mejilla.
-¡Nemo!-Exclamó, mientras daba pequeños sorbidos por la nariz.
Lidia reprimió una risita, mordiéndose el labio inferior. Sacó un paquete de pañuelitos de su bolsillo trasero del pantalón y se lo tendió a su amigo.
-No llores anda. Sabes que al final, Nemo encuentra a su padre y a Doris.
-Es verdad.-Se secó las lágrimas y sonrió.
Terminaron de ver la película y el irlandés aplaudió con euforia.
-¡Qué bonito!-Gritó con entusiasmo.

Lidia rió ante el comportamiento infantil del chico y rodó los ojos. Aunque ya habían visto esa película miles de veces juntos, Niall siempre lloraba.
-¡Venga, vamos a por algo de comer!
-¡Sí!-Gritó el irlandés de nuevo.
Se levantaron del sofá y se dirigieron a la cocina. Allí sacaron unos pequeños bollitos de leche y un bote de Nutella. Cada uno cogió tres para prepararlo.
Niall soltó una risita.
-¿De qué te ríes?-Preguntó ella, dando un vuelta en el taburete en el que estaba sentada.
-Me acabo de acordar del otro día. Le hice el desayuno a Claris, preparé de todo, desde tortitas con nutella.-Señaló el bote.-Hasta zumo de naranja. Aún me acuerdo de la cara que puso y del tortazo que se pegó por creer que iba tarde a clase.
Lidia sonrió y siguió preparando el último bollito que le quedaba.
-La quieres mucho, ¿verdad?
-Sí.-Respondió al segundo.
-¿Más que a mí?-Preguntó la chica. Y en ese momento se dio cuenta de que no era una buena pregunta porque tal vez su respuesta no le gustaría.
-Ella es mi novia.-Se limitó a responder el irlandés, tal vez para no herir a la joven.-Son sentimientos distintos.
-Para ti.-Murmuró la morena en voz baja. Por lo que él no la oyó.
-Bueno, ya he terminado.
Dejaron los bollitos en un plato y Niall los llevó al salón. Lidia apoyó el codo en la mesa y su pómulo derecho en la palma de la mano. Suspiró, justo al mismo tiempo que el rubio volvió a entrar en la cocina.
-Ei, ¿qué te pasa?-Preguntó, sentándose a su lado.
-Nada.-Contestó la morena girando su cabeza al lado contrario de donde estaba su amigo para que no viese que sus ojos se habían cristalizado.
-Lidia...-Susurró el chico, lejos de saber el motivo de triteza de la chica.
Fue a acercarse un poco más para poder ver su rostro, cuando la morena giró la cabeza.
Y, aunque fue un simple y estúpido accidente, por menos de un segundo los labios de Niall rozaron los de su amiga.

                                                             ~~~~~~~~~~~

-Louis, Louis.-Gritó Liam.
-¿Qué?-Preguntó éste sin inmutarse del sofá, mientras seguía leyendo una de las páginas que entrarían en el examen final del último trimestre.
-He tenido una brillante idea.-Sonrió poniéndose frente a él.
-¿Cuál?-El moreno alzó la vista a su amigo.
-Oh, para tí no es.
Louis bajó las cejas y puso morritos.
-Entonces no me interesa.-Contestó haciéndose el molesto.
Liam soltó una risita.
-Me voy. Vuelvo más tarde.-Dijo apresuradamente, cogiendo una chaqueta y saliendo con rapidez.
-¿A dón...-No pudo terminar la frase, porque Liam ya había cerrado la puerta.
El chico se encogió de hombros y siguió estudiando.

                                                      ~~~~~~~~~~~~

Kesha miró a los cuatro chicos, creyendo que aquello era una especia de broma.
-Es un poco extraño.-Contestó levantándose. Cogió su mochila y se la colgó a la
espalda.
-Tengo que pensármelo.
Se dirgió a la puerta y cuando abrió, una voz irrumpió sus pensamientos.
-Espero que no digas esto a nadie.
La pelirroja se dio la vuelta. Los cinco chicos la miraban.
-¿Lo has entendido?-Siguió la voz de Ben.
-No lo haré.-Contestó la chica.
-Como nos enteremos que se lo hayas dicho a cualquier persona, ya sea padre, hermana, mejor amiga o novio, las consecuencias serían desastrosas.-Dijo Marchel.
-Pero...
-Morirás.-Le cortó George, tanjantemente.
Kesha abrió mucho los ojos, sorprendida. Asintió un par de veces y salió con rápidez de aquel lugar. Corrió lo más rápido que pudo sin mirar atrás hacia su coche. Se metió en él, cerró la puerta y se acomodó en el asiento. Cerró los ojos y respiró profundamente.
Se quedó allí unos minutos procesando toda aquella información de aquel extraño grupo. Y aunque era una idea un tanto rara, le atraía. Sería una buena experiencia.
Esperó el tiempo necesario para ver cómo salían los cinco chicos. Amy no tardó en divisarla. Y, el grupo al completo se acercó hacia ella.
Kesha salió de su descapotable rojo y se apoyó en la puerta delantera, esperando a que hablaran.
La rubia la abrazó con efusión.
-Lo siento. Hemos sido muy duros.
-No pasa nada.-Sonrió la pelirroja mientras le devolvía el abrazo a su amiga. Sabía que ella era la que menos culpa tenía.
-Tienes que unirte, por favor.-Pidió Marchel.
-Lo haré.-Sonrió la chica convencida al fin.
-¿En serio?-Preguntó Ben.
-Sí. En serio.
Amy soltó una risita nerviosa, mientras le daba un enorme abrazo.
-Genial.-Gritó.
Kesha no pudo por más que contagiarse de aquella hermosa risa.
-Bueno, mañana Amy te dará las normas del grupo.-Dijo Marchel. Le dio un abrazo y le sonrió.-¡Bienvenida!
Ben también la abrazó con efusión. George le revolvió el pelo y le dio un abrazo.
-Me alegro de que hayas aceptado.-Sonrió Brendon. Le tendió la mano.
-¡Ay, hermano!-Se quejó la rubia.-Eres demasiado tímido. ¿Por qué no le das un abrazo?
El chico se ruborizó y bajó la vista, hacia sus botines negros.
-No importa.-Sonrió Kesha, estrechándole la mano, cortésmente.-Muchas gracias, Brendon.
Él moreno sonrió y se acercó a sus tres amigos.
-¡Enhorabuena! Gracias por aceptar, de verdad. Vamos a pasarlo genial.-Ambas se dieron las manos y dieron un par de saltitos. Se abrazaron y se despidieron.
Kesha entró en su coche y pensó en lo que acababa de hacer. ¿Sería bueno? ¿Estaría haciendo lo correcto?
Se encogió de hombros y arrancó. La respuesta a esas preguntas solo las podría dar el tiempo.

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Claris se acomodó en el sofá.
-Pues... verás... Quiero que me cubras.-Dijo la chica, inventándose una teoría creíble.
-¿Cubrirte de qué?
-Esta noche me quedo a casa de Niall y mis padres no lo saben.-Mintió, intentando que se le notase lo mínimo posible.
-¿En serio?-Preguntó Aida, abriendo mucho sus preciosos ojos verdes.
-Sí...-Murmuró su amiga, poco convencida.
-Es genial, tía. ¡Vas a desobedecer a tus padres una vez por todas!
-Eh... sí.-Sonrió la morena, siguiendo el rollo a su amiga.-Y mañana tampoco voy porque estaré en casa con mi padre arreglando unas cosas que me ha pedido. Así que solo hace falta que me cubras esta noche.
-Vale, no te preocupes. Si llaman, yo te cubro.-Respondió la rubia con una bonita sonrisa.
-Gracias, en serio.
Ambas se dieron un abrazo y Claris respiró tranquila. Lo que no sabía Aida es que Claris se iría más lejos de lo que ella pensaba.

                                                           ~~~~~~~~~~

La noche hizo su aparición. El cielo se despejó y la luna se divisó entre los altos edificios de Londres, aún así las estrellas apenas se divisaban por la contaminación londinense.
La lamparita del escritorio llevaba encendida más de una hora por la oscuridad de aquella tarde. Perrie seguía repasando los últimos apuntes para su examen de la última semana. Llevaba puesto ya el pijama, ya que se había duchado y no iba a salir de casa, además de que su pelo, ahora seco, se lo había recogido en un moño para estar más comoda.
Abrió su botella de agua y bebió un poco, entonces oyó un sonido proveniente de la ventana de su dormitorio. Frunció el ceño y se levantó a ver quién era el que molestaba a esas horas.
Lejos de imaginárselo, Perrie vio a Liam, abrazándose a sí mismo por el frío de la noche.
-¿Li? ¿Qué haces aquí?-Preguntó ella.
El chico le sonrió y le hizo un gesto para que bajara.
-Pero ya tengo puesto el pijama.
Él se encogió de hombros.
-No importa. Sólo coge una chaqueta o un abrigo.
Perrie bajó corriendo las escaleras. Se quitó los zapatos de estar por casa y se puso unas botas muy calentitas marrón clarito. Se puso, encima de su encantadora camiseta de pijama blanca con un par de perritos, su chaqueta marrón y, quitándose el moño, se dejó el pelo suelto y se colocó su gorrito de lana beige.
Miró al salón, donde su madre se había quedado dormida y sonrió. Por lo menos, no había rastro de su padrastro por ahora.
Cogió las llaves y salió corriendo.
-¿Qué pasa?-Preguntó, cerrando la puerta tras de sí.
-Vamos, quiero enseñarte una cosa.-Le agarró de la mano y comenzó a correr.
Las calles estaban menos abarrotada de gente que horas antes, pero aún así seguía habiendo mucho tráfico, típico de un día corriente.
Liam guió a su novia hacia el río Támesis. Llegaron a un lugar apartado, apenas había tan siquiera luz. Sólo un farol dislumbraba el camino.
-Vamos, es por aquí.-Dijo Liam sonriendo.
Sin entender nada, Perrie siguió a su novio, que bajó unas escaleras de piedra hacia la orilla del río.
-Payne, ¿puedes decirme de qué va todo esto?-Preguntó la joven, cuando una suave brisa despeinó su cabello. Frunció el ceño y se llevó un mechoncito de pelo tras su oreja.
-Espera y verás.-Contestó él, sin mirar atrás.
-Pues como no me lo digas, el próximo día que comamos juntos te haré una sopa y te obligaré a comer con cuchara.
Esta vez el cantante si que se giró. Puso los brazos en jarras e hizo una mueca.
-No bromees con las cucharas.-Pidió con una sonrisa.-Y no vuelvas a preguntar más, no puedo decirte nada.-Le dio un suave e infantil toquecito en la nariz y siguieron
caminando.
Llegaron hacia un pequeño cobijo, donde había una barquita de madera. Era de color blanco, con un par de remos en rojo.
-¿Y ésto?-Preguntó ella.
-Espera y verás.-Contestó él, pacientemente, por segunda vez en aquella noche.
Liam dirigió la barca hacia el agua y llamó a su novia. La cogió, para que no se mojara las botas y la puso en el interior de la barca. Él también se sentó, frente a ella. Cogió los remos y comenzó a remar.
La barquita se movía lentamente por las aguas cristalinas.
Perrie fue a hablar, cuando él la paró.
-¿Has visto la película de "Enredados"?
La morena frunció el ceño.
-Sí. La de la chica con el pelo muy largo rubio, ¿no?
-Ésa.-Sonrió el guapo cantante.
-¿Te acuerdas de aquella escena, en la que ambos estaban en una barca, con millones de luces a su alrededor?
-Sí...
-Bien.
Liam paró la barquita, bajo un bonito puente. Se levantó y silbó fuertemente.
En ese momento, alguien desde arriba tiró cientos de globo iluminados por una pequeña lucecita desde dentro. En todos ellos había puesto lo mismo:
-TE QUIERO PERRIE.
La tinta roja se veía un poco más oscura, casi granate, por la iluminación dorada de los globos, pero aún así, se podía contemplar perfectamente las letras.
-¡Es precioso!-Exclamó la chica, levantándose feliz. Cogió uno de ellos, en color amarillo y lo abrazó, aunque no lo suficiente para que se explotara.-¿Cómo se te ha ocurrido esta idea?
Liam se encogió de hombros.
-Simplemente... se me ocurrió.-Sonrió.
-Eres el mejor novio del mundo.
Intercambio de sonrisas y un beso, bajo aquel cielo grisáceo y esos globos que iluminaban la belleza de aquellas aguas cristalinas.


                                                         ~~~~~~~~~~~

Niall se abrazó con fuerza las rodillas y dejó su cara en ellas, mientras contemplaba la noche por la ventana de la habitación. Ya llevaba un pijama rojo puesto, aún así sabía que tardaría en dormir. Su flequillo rubio se movía lentamente por el fresco de la noche, pero ni siquiera eso le importaba. 
-¿Niall?-Preguntó una voz.
El rubio miró a la puerta. Louis, ya atabiado con un pijama y con un vaso de leche en su mano, entró en la habitación.
-¿Estás bien?
El irlandés agachó la cabeza.
-Soy una mala persona.-Respondió.
El moreno frunció el ceño sin saber muy bien de qué estaba hablando.
-No lo eres.-Negó.
-Eso es porque no sabes lo que he hecho.
-¿Y qué has hecho?
Niall alzó sus bonitos ojos azules hacia su amigo.
-Algo muy malo Louis.
-Puedes contármelo, somos amigos.
-¿Me prometes no enfadarte?
Louis miró de un lado para otro, intentado averiguar que era aquello que le pasaba.
-Sí, claro.
-He besado a Lidia.
-Oh.-Louis se quedó pasmado, no sabía que decir. Sus labios se quedaron formando aquella "o" de la última palabra que había dicho.
-¿Ves? Ya has cambiado tu opinión sobre mí.
-Para nada.-Sonrió el chico.-Eres una persona genial. Pero, ¿por qué ha sido?
Niall le explicó lo que pasó en la cocina de su casa horas antes.
-Después de eso, me separé y seguimos merendando, pero estuvimos casi todo el tiempo callados y con esos silencios incómodos que no son típicos de nosotros.
-Pues si es así no creo que pase nada, tú mismo has dicho que fue un accidente.
-Pero la he besado Louis. ¿Cómo se lo digo a Claris? Ella nunca me haría algo así...-Bufó.-Soy el peor novio del mundo.
-No se lo digas.
-Así sin más ¿no?
-¡Claro! Sabes que fue un accidente, si se lo dices las cosas empeorarán porque ella pensará que estás intentando suavizar el golpe. ¿Me entiendes?
-Sí.. pero...
-Pero nada. Además, tu conciencia debe estar tranquila. Fue un simple accidente ¿no?
-Sí...
-Pues entonces ya está. No le des más vueltas.-El moreno sonrió y despeinó el cabello rubio de su amigo.
Éste soltó una media sonrisa adorable.
-Y duérmete temprano Ni, mañana hay clases.-Dijo Louis, como si fuera un padre que está riñendo a un hijo, mientras salía del cuarto, bebiendo un poco de su vasito de leche, ahora no tan calentita.
Niall cerró la ventana y se tumbó en su cama. Cogió el móvil y, al encenderlo, una imagen de él y Claris salió como fondo de pantalla. Ambos la eligieron como fondo en ambos móviles, pues era el prototipo de imagen perfecta. Él, casi tumbado boca arriba, apoyando los codos y dejando el torso levantado. Estaba de perfil, por lo que solo se le veía la mitad de su sonrisa, sus ojos mirándola a ella, su pelo desañilado bajo una gorra verde de "Vans", su sudadera blanca y sus pantalones vaqueros. Ella, detrás de él, con las piernas cruzadas. Sólo se veían un poco sus preciosos ojos azules mirándole y su moño algo despeinado. Le besaba la mejilla al rubio, y por eso éste sonreía. Además, llevaba una sudadera rosa y unos pantalones pitillos vaqueros.
El rubio suspiró y abrió la agenda. Pasó directamente a los contactos de la letra C y allí vio su nombre. Respiró hondo y abrió su contacto, saliendo el número. Le dio a la tecla verde y se abrió la llamada, junto a una foto de la chica. En ella sacaba la lengua y ponía, con su mano derecha, el signo dos, como el de "La Voz", un poco ladeado.
Sonrió al verla y se llevó el móvil a la oreja, en espera de que alguien lo cogiera.

                                                        ~~~~~~~~~~~

Claris se acurrucó aún más en el asiento de aquel vagón del tren. Se arropó a la mantita y miró por la ventanilla vieja y mugrienta. Estaban cruzando una gran oleada de casas y campo a toda velocidad, o esa era lo que se veía en la noche.
Pasó su dedo por el alfeizar de la ventana y una mota de polvo se agalopó en su dedo índice. Puso una mueca de desagrado y, al ver que no tenía pañuelos, se lo limpió con la tela del mullido sillón.
Cerró los ojos, cuando el sonido de su móvil comenzó a sonar. Lo cogió con rápidez y al ver la imagen de Niall de fondo, sonrió.
Al tercer pitido, contestó.
-Hola.-Saludó.
-Hola Claris. ¿Te he despertado?
La morena siguió divisando aquel paisaje y se acordó de repente de lo hablado con Aida horas antes.
-No, no te preocupes.
-Ah, bien.
-¿Qué querías?
-Nada en especial.-Mintió el chico, culpándose a sí mismo de ser tan cobarde ante algunas cosas.-Sólo quería escuchar tu voz.
La morena sonrió y cerró los ojos. No estaba haciendo algo demasiado correcto, pero él no podía enterarse de aquello.
-Es muy bonito por tu parte.-Se sorprendió a sí misma diciendo aquello, pues rara vez
había dicho algo tan sumamente bonito y cursi.
-Gracias.-Agradeció el irlandés.
-Bueno Niall, me voy a dormir, es tarde, ¿qué tal si hablamos en otro momento?
-Sí, mañana nos vemos...
-No.-Negó la chica con rápidez y nerviosismo.
-¿Y eso?-Preguntó él.
-Mi padre... que quiere que arregle unas cosas, nada importante.-Respondió, calmándose un poco.
-Vale, entonces otro día.
-Te quiero Niall.
-Y yo.-De nuevo una punzada de culpabilidad, sintiendo los cálidos labios de Lidia contra los suyos.
-Buenas noches.
-Buenas noches.
Ella fue la que colgó primero. Suspiró y apretó el móvil contra su pecho sintiéndose mal consigo misma. Él que lo había dado todo por ella, y ella había hecho aquello tan horrible...
Niall, en cambio se culpaba a sí mismo de no haber sido capaz de contarle la verdad. Una verdad que tal vez haría que su relación no fuese la misma.

                                                     ~~~~~~~~~~

Lidia se quitó con el puño las lágrimas que resbalaban por su mejilla. Su madre llamó a la puerta y entró.
-¿Estás bien?-Preguntó sentándose en la cama, junto a su hija.
-No.-Negó la chica con voz entrecortada, mientras un nudo se le hacía en la garganta.
La mujer la abrazó contra su pecho y la joven siguió lloriqueando unos minutos más.
-Verás.-Respiró hondo y se calmó.-¿Te acuerdas de Niall?
-Sí.-Contestó ladeando la cabeza con una sonrisa.
-Hoy le he besado, sin querer.
-¿Y eso es malo?-Preguntó Natalie frunciendo el ceño.
-Sí.-Afirmó la chica agachando la cabeza.-Él tiene novia.
-Oh.-Su madre puso una mueca.
-Pero fue sin querer. Yo giré la cabeza y me lo encontré. Ni siquiera me di cuenta.
-¿Pero tú le quieres?
La joven miró a su madre y con un gran dolor y culpabilidad asintió.
-Pero eso es lo malo mamá.-Sollozó.-Yo quiero muchísimo a ese chico, pero tiene a su novia. Yo solo soy....-Se le entrecortó la voz por el llanto.-...su...mejor...amiga. Y no quiero que corten por mi culpa.
Natalie abrazó aún más a su hija. Sabía qué era el amor no correspondido.
-Intenta hablar con él y hacerle ver que todo fue un accidente, pero si le quieres de verdad, lucha por él.
Lidia negó con la cabeza.
-Eso sería arruinar su relación y nuestra amistad. Y no puedo permitirme eso.
La mujer limpió las últimas lágrimas del rostro de su hija.
-Pues entonces sonríe porque eres preciosa y habrá muchos chicos detrás de ti. ¿Vale?
Ella asintió y simuló una sonrisa.
-Así me gusta.-Natalie le dio un sonoro beso en la frente y se levantó hacia la puerta.-Y recuerda, hay más chicos que Niall Horan.
La morena volvió a asintir y su madre le dedicó una sonrisa, apagó la luz de la habitación dando lugar a la penumbra y salió, cerrando la puerta tras de sí.
La chica se acurrucó entre las sábanas y se tapó hasta el cuello con ellas, de nuevo las lágrimas asomaron por sus bonitos ojos oscuros.
-Habrá más chicos, pero como él ninguno.-Susurró volviendo a un llanto, ahora a solas en su habitación, tragándose su dolor.


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Holaaa!!! Este es el último capítulo del año!!!! Sí, porque ya es lunes, 30 de Diciembre y solo queda mañana y....¡BUM! Entramos en 2014!! Qué ganas ;).  Feliz AÑO A TODOS!! 
Por cierto, antes que nada quería deciros a las 3 chicas que quieren aparecer en la novela (junto a las otras 6 chicas que ya están) que MIL GRACIAS! Al final seréis las tres, porque ya digo, por una más no va a pasar nada ;)
Así que Raquella, Clau y Malia podréis participar!!!!
Sólo tenéis que ponerme en el coment:
-Rasgos físicos, o mejor: Personaje que os interpretará.
-Rasgos psicológicos//personalidad//
-Hobbies y aficiones....
-Cómo quieres conocer a los chicos o a alguien en particular (esto es voluntario)
-La relación que deseas tener con los personajes más o menos. (No hace falta ponerlos todos ni mucho menos xD)
Y ya!! No hay prisas, pero para daros un margen de tiempo hasta el lunes que viene. (Si lo veis demasiado pronto, avisadme, que no muerdo ¿eh? xD) 
Y eso es todo!! Disfrutad del capítuloo!!
Besitoooos :)

Capítulo 58: Del amor al odio hay solo un paso


-¿Pero qué?-Gritó Zayn impresionado.
Todos se acercaron hacia él y miraron la pantalla de la televisión. En ella salía una imagen de Louis y Kesha. Ella sentada en un banquito, mientras él estaba en pie y dándole un beso en la frente.
-Parece ser que Louis Tomlinson, uno de los integrantes de la boyband de One Direction ha encontrado el amor con nada más y nada menos que Kesha Stadler, una joven de diecinueve años la cual fue novia de Niall Horan...-Una guapa entrevistadora hablaba con voz elegante y tremendamente sensual.
Louis resopló mientras negaba con la cabeza, sintió la necesidad de llorar, todo lo malo le estaba viniendo encima de momento.
Sintió las miradas amenzantes de sus amigos y levantó la cabeza, avergonzado.
-Yo...
-No es cierto, ¿verdad?.-Dijo Niall con voz quebradiza, mientras una leve risita nerviosa salía de sus labios.
Louis se quedó callado, no podía hablar, se le hacía un nudo en la garganta.
-La viste el sábado, ¿no es así?-Preguntó Liam.
El chico seguía sin decir nada y además sentía más presión dentro de sí.
-¡Di algo!-Exclamó Zayn.
Lás lágrimas comenzaron a salir solas. Louis miró a sus amigos con un profundo dolor en la mirada, mientras sus mejillas se bañaban del dolor acumulado durante días.
-¡Es todo culpa de Kesha!-Gritó Harry para apoyar a su amigo.
-No lo es.-Negó Liam.-No puedes culparla.
-Li Tiene razón.-Afirmó Niall.-Ella no ha hecho nada malo.
-Yo estoy con Harry.-Jactó Zayn cruzándose de brazos.
Louis seguía sin hablar, aunque negó con la cabeza, como diciendo que la chica no era la responsable de aquello.
-Podemos hablar con ella.-Respondió Liam con voz pausada.
-No. Lo que hay que hacer es alejarse y pasar página. Si la vemos, la ignoramos y punto.-Harry se encogió de hombros tras hablar e hizo una mueca.-Es lo que hay.
-No creo que sea lo correcto.-Volvió a repetir Niall contradiciendo la idea de su amigo.
-Mira, Hazza tiene razón Niall. Por mucho que te duela, Kesha tal vez ahora se esté riendo por salir en la tele y volver a ganar fama. Eso fue lo que hizo contigo al fin y al cabo.-Aquellas palabras fueron pronunciadas por Zayn e hizo recapacitar a todos los presentes.
-Estás mal de la cabeza.-Negó Liam.-No sé cómo podéis decir eso de la que fue nuestra mejor amiga.
-Las cosas cambian.-Contestó Harry rapidamente.-Ella ya no es lo que fue, o tal vez nunca fue lo que nos hizo creer y nos dimos cuenta demasiado tarde. Pero yo creo que Kesha lo único que quería era la fama del irlandés, pero su plan se hizo añicos cuando pasó lo que pasó y entonces ahí lo dejó todo.
-¡Deliras!-Gritó Liam molesto ante tanta insistencia.-Lo que dices son absurdas tonterías. No me creo una palabra. Esa chica quiso a Niall muchísimo, se le notaba.
-Había química sí, no te lo puedo negar. Pero ¿y qué más?-Preguntó Harry desafiante.
-Lo mismo podría preguntarte con lo que hubo entre Heather y tú. Había química, ¿y qué más?
Todos se quedaron en silencio, mientras Liam respiraba con tranqulidad al haber dicho aquellas palabras. Harry se quedó callado, mientras tragaba con dificultad. Ese pasado que tanto le había costado olvidar, volvía a su memoria con fragmentos esparcidos en borrosas imágenes. Con solo un nombre, miles de sentimientos habían vuelto a brotar durante unos segundos.
-Entre nosotros hubo mucho, pero todo se estropeó por Louis.
El aludido cerró los ojos, cansado de oír tantas cosas sobre él, y ninguna buena.
-Sí, fue mi culpa.-Ironizó con un gesto de mano.
-Lo fue.-Añadió el de cabellera rizada con tono solemne.-Y ya estoy harto de esconderlo y de callarme. Fuiste tú el único que hizo mal besándola.
-Y lo siento.-Contestó su amigo con voz ronca.-Pero hice lo que necesitaba en ese momento sin pensar las consecuencias. La quería.
-No la querías.
-No puedes negar algo que no sabes.
-Sí lo sé y no la querías. Solo querías arrebatarme lo que era mío.
Louis se secó las últimas lágrimas, respiró hondo y comenzó a hablar:
-Ella no era tuya, ni Kesha era de Niall. Ni nadie era de nadie. Ni lo es ahora. Creo que estáis siendo demasiado duros. Ésta noticia es una mentira, como otras muchas que han puesto y no nos han afectado. Sí es verdad que la vi, pero no ocurrió nada más. Dimos un paseo y ahí terminó todo. Kesha, Heather, Abie, Yuriko y los Adventures Warriors son pasado, ahora toca vivir el presente con la gente que nos rodea y que están a nuestro lado. Es verdad que en su momento lo pasamos bien siendo un grupo de amigos, pero todas aquellas cosas que ocurrieron lo destrozaron, ¿pero y qué? La vida sigue, y nosotros debemos seguir con ella. Ahora Liam está con Perrie, Niall con Claris y yo con Daisy. También han entrado en nuestra vida: Aida, Lidia.-Miró a Niall de forma elocuente.-Y Jade. Esas personas son las importantes en nuestra vida ahora mismo. Kesha es pasado, y aunque fue nuestra mejor amiga, ya todo eso terminó. Así que lo mejor será que no pensemos más en ella, que olvidemosel pasado y sigamos nuestras vidas. Además si la vemos será recordar el pasado y yo... no quiero eso.
Harry y Zayn le dieron el visto bueno al momento y tras unos minutos Liam y Niall también entraron en razón. Y así, con todo el dolor de sus corazones, cerraron los recuerdos del pasado haciendo una promesa: Los Adventures Warriors no volverían a unirse, jamás.
 
                                                            ~~~~~~~~

-¡No!-Gritó Kesha.-¡Es mentira!
-¿Mentira?-Preguntó su padre lleno de ira levantándose de la mesa de un golpe.-No
me esperaba que volvieras con esos cinco niñatos.
-¡Sólo dimos un paseo!-Contestó la pelirroja, alterada.
-Me da igual. No vuelvas a verlos.
-¿Pero desde cuándo te importa mi vida?
-Eres mi hija, siempre me ha importado.
-Poco lo demuestras.-Respondió la chica con una mueca de enfado.
-Me da igual Kesha. No lo vas a volver a ver, ni a ese tal Louis ni a ninguno.
Candy miró a su hermana y le agarró el brazo solemnemente.
-Ibas a hablar con Harry, ¿verdad? ¡Te dije que no lo hicieras!
-Por suerte para ti llegó Louis.-Respondió la mayor con una sonrisa ladeada y un tono irónico. De nuevo recordaba el verdadero sentido de volver a ver a esos chicos.
-Pero si hubiera ido Harry la hubieses liado.
-Voy a hablar con él, no puede dejarte así.
Se levantó apresuradamente y se dio la vuelta.
-Si lo haces prometo no volver a dirigirte la palabra.-Dijo la rubia con voz pausada.
Kesha cerró los ojos. Se dio la vuelta y vio a su familia. Richard no sabía de lo que hablaban, aún así estaba enfrascado en sus pensamientos por lo que no parecía importarle la conversación de las chicas, Susi seguía comiendo mientras miraba a sus dos hermanas de reojo de vez en cuando, y Candy, ahora levantada, posó su cansada mirada en Kesha, se le veía cansada, con unas ojeras kilométricas y una tez más blanca de lo habitual.
La pelirroja rodó los ojos.
-Estás mal hermana.
-Sé lo que tengo que hacer, así que por favor, no intentes ayudarme.-Salió de la estancia a toda prisa, y Kesha volvió a cerrar los ojos y suspirar profundamente.
Pensó en los chicos y de repente las palabras de su amiga Amy vinieron a su memoria. Con un profundo dolor, pero más decidida que nunca se prometió a sí misma de que no volvería a ver a esos cinco chicos que un día le hicieron feliz.

Una lágrima resbaló por su mejilla. La apartó rápidamente y simuló una sonrisa falsa. -Tienes razón Richard.-Al decir ésto el aludido la miró volviendo a concentrarse en la realidad.-Dejaré de verlos. Ellos ya no son nadie importante en mi vida.






                                                        ~~~~~~~~~~~

Claris recogió la mesa y fregó los platos para ayudar a su madre. Al terminar, cogió su maleta y subió a su cuarto.
Se sentó en la cama y resopló profundamente.
Miró el reloj rosa que había encima de su mesita de noche y vio la hora. Las cuatro menos veinte.

Sacó su agenda y revisó los deberes que tenía para el día siguiente, al igual que los exámenes que tendría. Se recogió el pelo en una cola alta y se remangó las mangas de su jersey para ponerse cómoda.
Tras dudar unos segundos entre dos materias, se decantó por Literatura, pues sería algo más fácil y lo terminaría pronto.
Se sentó en su escritorio y comenzó con los ejercicios, que duraron solo unos minutos, pues la puerta de su habitación se abrió con violencia.
La morena levantó la vista de su cuaderno y vio a su padre, tan serio como siempre.
-Hola.-Saludó la chica con un ápice de sonrisa.
El hombre se sentó en la cama y la miró durante unos segundos. Claris agachó la cabeza y suspiró, nerviosa. Esa mirada, seguía siendo la misma que usaba cuando ella era pequeña y la iba a regañar.
-¿Qué?-Preguntó con voz ronca.-¿Qué he hecho esta vez?
-Niall.-Respondió su padre tanjante.-No vuelvas a traerlo a casa.
-Es buen chico...
-Lo descubrirá.
Ella levantó la cabeza. Un leve asombro de duda se divisó en su rostro, pero tan sólo duró unos segundos. Se relajó, suspiró y se encogió de hombros.
-No lo creo.
-Clara.-Y esa, era la segunda prueba de que estaba enfadado y de que le advertía de algo. Únicamente le llamaba Clara en esos casos.-No lo traigas más. Además, ya sabes que no creo que sea conveniente para ti.
-Me quiere. Eso es lo importante.
-Es joven, así que ese sentimiento hacia ti no va a durar toda la vida.
La chica se quedó pensando en ello, y aunque le doliese, eso era verdad. Su relación apenas llevaba unos meses. Aún así, recordó algo.
-Eso no lo sabes, tú has querido a mamá siempre.
El hombre se levantó de repente y se puso frente a ella.
-Si tu madre y yo estamos juntos, es solo por ti. No por amor.-Se quedó callado unos segundos, tal era el silencio que se esuchó cómo la chica tragaba saliva.-Y ahora haz lo que te digo, porque si no, la próxima vez le contaré la verdad.
-No lo harás.-Negó ella rotundamente.
-Ponme a prueba.-Respondió él. Se acercó a la puerta y salió de la habitación.
Claris se apretó las rodillas contra el pecho, mientras las abrazaba con fuerza. Tembló, como un pajarillo asustado ante la idea de que Niall se enterase de algo. Pero...¿podía ser eso posible? De nuevo, el miedo la invadió, pero un plan algo descabellado cruzó por su mente.

                                                           ~~~~~~~~~~~

El timbre sonó por segunda vez. Aida resopló, tumbada en el sofá y tapada con una mantita, pero ya tenía que abrir, quienquiera que fuese tenía mucha insistencia.
Se levantó y caminó pesarosamente por el salón hasta la puerta de entrada.
-¿Quién?-Preguntó pegando el oído derecho a la puerta.
-¿Aida? ¡Soy Holly! ¿Me recuerdas?
La rubia puso una mueca de desagrado, ¡Con que era Holly!
-¿Ahora qué hago?-Susurró para sí misma, aunque ya no podía escabullirse.-Debería haberme quedado en mi sofá.
Pensó en decirle que tenía prisa, pero se fijó en su indumentaria y vio que llevaba el
pijama, pues esa tarde de lunes no tenía pensado salir.
Se resignó y abrió la puerta.
-Hola.-Saludó Holly con alegría agarrándola por los hombros y dándole dos besos en la mejilla, en la cual le dejó la marca del color rosa fucsia que llevaba como pintalabios.
Ese día iba muy guapa, con su pelo rubio a tirabuzones y una diadema rosa. Además de un vestido blanco y unos tacones del mismo color que la diadema.
-Hola.-Contestó Aida haciendo un esfuerzo por sonreír.
-¿Y tu primo?-Preguntó Holly mirando de un lado para otro con voz cantarina.
-No está. Hoy ha ido a comer con sus amigos.
-Oh, genial.-Respondió la chica sin un mínimo abismo de entusiasmo.
-Aunque si quieres puedes quedarte aquí hablando conmigo para que no tengas que volverte con las manos vacías.
-Dejemos claro una cosa.-Sonrió Holly, adaptando una voz extremadamente fría de repente.-No me caes bien. A mí solo me interesa tu primo, sobretodo porque lo conseguiré ahora que aquella novia suya no está en mi camino. Así que... no intentes hacerte mi amiga porque no lo conseguirás.
Se dirigió a la puerta y la abrió con sumo cuidado.
-A mí tampoco me caes bien.-Aida arrugó la nariz en una mueca de enfado.-Es más, creo que eres una insolente niña pija que solo quiere acostarse con mi primo. Y hoy me lo has confirmado.
-¿Algo más, querida?-Preguntó ella con voz dulce.
Aida alzó su rostro y se quedó callada.
-Bien.-Holly sonrió triunfal.-Nos vemos.
Salió y cerró la puerta tras de sí. Aida suspiró, y en ese momento su móvil comenzó a sonar. Corrió a cogerlo y se sentó en el sofá. Allí descolgó el teléfono.
-¿Digame?-Preguntó en un suspiro.
-Hola.-La melosa y seductora voz de Zayn sonó por el auricular.
-Zayn...-Susurró la chica.-¿Qué quieres?
-Me gustaría hablar contigo.
-¿Sobre qué?
-Bueno.-El chico suspiró.-¿Te importa que quedemos esta tarde?
-No puedo.
-¿Tienes que estudiar?
-No. No es eso.
-Entonces... ¿has quedado con alguien?
-Tampoco.
Hubo un silencio en ambas líneas. Ella tomó aire y continuó.
-Simplemente no creo que sea conveniente que quedemos.
-Mira Aida, quiero que quede claro una cosa. Me he pasado contigo todos estos días y tal vez me haya portado como un prepotente con un ego más grande que el de Harry Styles.-La rubia esbozó una pequeña sonrisita.-Pero podemos arreglar las cosas y ser amigos.
-Amigos.-Susurró la chica.
El moreno cerró los ojos, sabiendo que le dolería lo que iba a decir.
-Lo siento. Pero yo no puedo admitir que te quiero como algo más. Tal vez algún día lo llegue a sentir, pero por ahora no me gustas tú. Hay otra chica.
Aida abrió mucho los ojos, soprendida y dolida por dentro. Se frotó los ojos para no llorar y dijo con voz pausada.
-Que te vaya bien con esa chica. Y que seáis felices.
-No quiero hacerte daño, Aida, de verdad.
-No importa.-Mintió mientras una gota se le cayó en el pantalón de pijama.
-Espero que algún día cuentes con mi apoyo. Eres una gran chica.
Otra lágrima bañó su mejilla, y con una sonrisa amarga colgó la llamada. Y como si fuese una carrera, comenzó a llorar, derrumbándose en el sofá de su salón.

                                                     ~~~~~~~~~~~

Kesha abrió el cuarto de su hermana. Candy se encontraba tumbada boca arriba en la cama. Llevaba puesto los cascos y su semblante se notaba serio y preocupado. La mayor se sentó en el filo de la cama y rozó suavemente la pierna de su hermana menor. Ésta se quitó los cascos e hizo un gesto para apremiarla a hablar.
-Candy. Tienes que ir al médico por favor.
-Lo haré, pero a su debido tiempo.
-Te pondrás peor y enfermarás. No aguantarás mucho más.
-Debes confiar en mí. Sé que aguantaré.
-¿Por qué estás tan segura?
-Porque lo estoy, y no insistas más.
-Eres una cabezota.
-Eso lo he heredado de ti.-Contestó la rubia con una sonrisa.
Kesha soltó una risita y la abrazó fuertemente.
-¡Guapa!-Exclamó dándole un sonoro beso en la mejilla.-Bueno, me voy, he quedado con Amy.
-Oh, vale. Pasadlo bien.
-¡Gracias! Adiós.
-Adiós.
Kesha salió con rápidez hacia su cuarto. Se puso unos leggins negros, su querida camiseta de Nirvana, su chaqueta de cuero negra y sus botas. El pelo se lo recogió en una trenza de lado, además de un pañuelo rojo de adorno, que terminaba en un lazo, como si fuera una diadema.
Cogió una maleta con su móvil, unos sandwiches y refrescos, y salió hacia su instituto. Al llegar, salió del coche y entró por la gran cancela verde. Pasó el enorme patio y se metió por el largo pasillo de la primera planta. El instituto estaba desierto, tal vez a esa hora estarían allí algunos profesores, los alumnos del equipo de fútbol y algunos del club de mates o el club de literatura. Y aunque, ella era muy buena en la parte de ciencias, nunca se había apuntado a alguno, no por falta de interés, si no por falta de tiempo, más bien.
Cruzó una esquina y entró en la amplia habitación. Estaba totalmente desierta.
Kesha sacó su móvil y vio la hora. Eran las cinco menos cuarto, tal vez había llegado demasiado temprano. Resopló y anduvo al pequeño escenario. En él había una batería, un par de guitarras, unos micrófonos y un gran altavoz. Se fijó detenidamente en cada instrumento, y entonces un pequeño post-it de color verde llamó su atención. En él, en letra mayúscula a boli negro, alguien había escrito:
"Te esperamos en la sala secreta. A.L"
-¿A.L?-Se preguntó a sí misma. Estuvo unos segundos en silencio, pensando, cuando de repente sonrió. Amy Linkin.
Arrugó el post-it en una pequeña bolita y se lo guardó en el bolsillo de su chaqueta. Lo que no sabía era donde estaba aquella sala secreta de la cual hablaba su amiga. Siguió investigando el escenario por si encontraba alguna nota más, pero no obtuvo ningún resultado.
Bajó de ahí y se dispuso a buscar en las mesas de color verde que se encontraban en la sala.
-¡Bingo!-Exclamó al encontarlo. Era un pequeño mapa dibujado en el cual se podía ver todo el colegio, además también había unas rayas en las cuales indicaba el camino.
Salió a toda prisa de la sala de música y caminó hacia el patio, como indicaba el mapa. Pasó por el pabellón de educación física, donde escuchó un par de gritos del árbitro del equipo, y siguió caminando.
Miró de nuevo el papel, debía seguir caminando hacia delante.
Se paró de repente. Estaba frente a una pared, sin salida, pero el mapa le indicaba que siguiese. Miró hacia atrás. No había nadie, es más, no recordaba haber pasado por allí nunca. Era un buen sitio para una sala secreta, como decía la nota que le había dejado su amiga.
Rozó la pared con el dedo índice. Era una superficie rugosa, pero no le molestaba. Vio un pequeño polletito y se sentó en él. Justo en ese momento, en el que apoyó su cuerpo, un pequeño ruido sonó y la pared se abrió, como si fuera una pared de un pasadizo.
Kesha se asustó y se levantó de golpe. Miró de un lado a otro, atemorizada y entró con lentitud. Encendió la linterna de su móvil para mirar mejor y vio unas escaleras. Las subió y vio una puerta. La abrió y...
-Eres un idiota Marchel.-Amy arrancó una hoja de su cuaderno, hizo una bola y la lanzó al chico que tenía al lado.
Los cinco se encontraban sentados en una mesa verde, uno al lado de otro, lineados.
Uno de los chicos, el que se encontraba el último, al fondo del aula, carraspeó y todos miraron a Kesha.
-Hola.-Saludó ésta.
-¡Kesh!-Gritó la rubia alegremente.
Fue a levantarse, cuando, aquel chico que se suponía que se llamaba Marchel, la paró con un ademán de mano. Ella lo entendió y asintió levemente. Miró a su amiga y le dedicó una cálida sonrisa para que se sintiera reconfortada.
-Siéntate, por favor.-Pidió el chico señalándole una silla que se encontraba frente a ellos, justo delante de una enorme pizarra.
La pelirroja asintió y se sentó en la silla, dejando la maleta justo en sus pies.
-¿Y bien?-Preguntó.-¿Aquí ensayamos?
Hubo un leve murmuro de risas, y uno de los cuatro varones, habló.
-Es tu prueba para pasar al equipo.
-¿Mi... prueba?-Preguntó ella.
-Para estar en este grupo, hay que pasar una prueba.
-Oh, bien. Suena interesante.-La chica se cruzó de piernas y asintió.-¿Y bien?
-Muéstranos un talento especial.-Pidió de nuevo el tal Marchel.
Kesha abrió mucho los ojos. No se lo esperaba.
-¿Te refieres a si ser tocar algún instrumento musical?-Preguntó cautelosa.
-Nos referimos a algo que no tenga que ver con la música.
-Oh... y vosotros, ¿qué tenéis de especial?-Preguntó la chica para ganar tiempo.
El chico que se llamaba Marchel sonrió, enseñando sus bonitos dientes blancos. Alzó sus ojos azules hacia la chica y contestó.
-Soy uno de los mejores jugando al baloncesto, incluso fui, por una beca, a jugar a Los Ángeles, en los Lakers. Además que soy un deportista nato.
-Vaya...-Articuló la chica anonadada. Se giró hacia el siguiente, un joven rubio de bonitos ojos azulados y una sonrisa radiante.-Y tú...
-Yo soy George Henry, y bueno, soy genial en dibujo y genial para construir cosas, además de ser muy discreto. El año pasado dibujé el grafiti que hay en la entrada, ¿sabes cuál es?
-No me digas que es el de las calaveras...-La chica abrió mucho los ojos al recordarlo, era un dibujo realmente espectacular.
-Ese mismo.-Sonrió el chico.-Aún nadie ha sospechado de mí. Sólo lo saben ellos.-Señaló a sus amigos.
Kesha asintió. Miró a la otra silla. 

Un joven, con expresión despreocupada, de cabello a media melena castaña y profundos ojos negros se encontraba allí, mirándola.
-Soy Ben Tronger. Adorado por todos y todas.-Hubo un pequeño murmuro de risas.-Y bueno, soy genial en informática. El año pasado, junto con mi amigo Brendon.-Señaló al chico que tenía al lado.
 Kesha lo reconoció en seguida, lo había visto varias veces en casa de Amy, era su hermano Brendon Linkin, aunque nunca habían cruzado una palabra, parecía ser muy callado.-hackeamos el ordenador del director, juntando mi poder con la informática, con el suyo de las matemáticas con las que pudimos cascar el disco duro del PC.
La pelirroja abrió mucho los ojos, incrédula.
-Fuisteis vosotros...-Murmuró.
-Así es.-Afirmó el último chico. Su expresión era cuanto menos interesante. Sus ojos azules, pero firmes y llenos de sabiduría le hacían especial y su semblante serio no le hacía menos atractivo.-A mí... se me dan bien las mates.-Contestó ruborizándose.
Kesha sonrió ante aquel gesto. Miró a su amiga y entonces lo comprendió todo.
-Y tú eres la chica de los idiomas, ¿no es así?
Amy asintió.
-No podía decirte nada hasta ahora porque esto es una banda secreta.
-Y... ¿por qué me habéis llamado a mí?
Marchel miró a los demás. Entre ellos se asintieron y entonces se dirigió a la chica.
-Lo tenemos casi todo, excepto una cosa muy importante: Memoria. Eso es lo que necesitamos de ti. Además Amy nos ha hablado muy bien de ti: Eres una persona de fiar y una gran compañera. Eres justo la pieza que falta para este equipo.
-Pero... aún no entiendo una cosa. ¿Por qué tanto embrollo para una simple actuación en el insti?-Preguntó.
-Kesh no es solo eso.-Dijo la rubia con voz alegre.-Lo de la actuación y el grupo de música es solo una fachada. Es verdad que sabemos cantar o tocar algún instrumento, pero es sólo para que los demás lo piensen. En verdad esto es un grupo como el club de la literatura o el club de mates. Aquí nos entrenamos en lo que mejor se nos da para realizar siempre una misión cada año, una en la que no podemos fallar o seremos expulsados del grupo.
-¿Pero cuál es la misión para que tengáis tanto interés?
Amy se encogió de hombros y Kesha miró a los cuatro chicos. De nuevo Marchel, y seguramente líder del grupo, habló:
-Eso lo planifico yo. Y hasta que no llegue el momento no sabréis nada.
-Pero...-Kesha resopló.-¿De qué han ido las otras misiones? Es para hacerme una idea...
-El año pasado le robamos un botín lleno de dinero a un gran empresario muy amigo de mi padre.-Dijo Ben.
-Lógicamente después se lo devolvimos intacto y nadie sospechó de nosotros.-Apuntó George.
-Es pura diversión.-Añadió Amy.-Pero al final todos acabamos ganando algo y aprendiendo una nueva cosa de cada uno de nuestros talentos.
-Entonces... ¿te apuntas?-Preguntó Marchel.

                                                           ~~~~~~~~

De nuevo tocaron a la puerta, por segunda vez en aquella tarde. Aida resopló, se frotó los ojos cansadamente y caminó con lentitud.
-¿Quién?-Preguntó con voz rota.
-Aida, ¿estás bien? Ábreme, por favor.
La rubia suspiró e intentó sonreír. Abrió la puerta y dejó pasar a su amiga.
Claris entró precipitadamente, llevaba una sudadera Roxy, unos leggins negros y unos deportes. Además su pelo lo llevaba recogido en una coleta alta y de la espalda colgaba su maleta.
-¿Qué te pasaba? Te he llamado mil veces y mandado quinientos whatsapps y no me contestabas.-Sacó su móvil y se lo enseñó.-Además de que...
Se paró de golpe y miró a su amiga. Aida había cerrado los ojos y respiraba entrecortadamente.
-¿Estás bien?-Preguntó la morena mientras le pasaba una mano por la espalda y dejaba su móvil en el bolsillo central de su bonita sudadera rosa.
-Sí. No es nada.-Respondió la rubia esforzándose en sonreír.
-¡Ah! Te he pillado. Has dicho: No es nada. Por lo tanto algo te pasa. Anda,
cuéntamelo.
Ambas caminaron hacia el salón y se sentaron en el sofá, una al lado de la otra. Claris dejó su mochila en el suelo y miró a su amiga con una cálida sonrisa.
-Zayn...-Susurró Aida.
-¿Qué pasa con él?
La rubia negó con la cabeza.
-Quiere a otra persona.
-¿Cómo lo sabes?
-Me lo ha dicho... por teléfono.
-¡Será idiota! ¿Y tiene la poca vergüenza de decírtelo a través del móvil en vez de a la cara?-La morena se levantó enfadada y puso los brazos en jarra.
-No quería quedar con él, así que me lo ha tenido que decir por teléfono.
-Ah...-Claris se relajó y volvió a sentarse al lado de su amiga. Le cogió las manos con dulzura y le sonrió.-Tienes que luchar por él. Siempre te he dicho que ambos hacéis la pareja perfecta, lo sabes.
La rubia negó con la cabeza.
-Creo que me voy a ir de nuevo a Holmes Chapel. Me voy a ir a vivir con Gemma. Así me olvido de todo.
-Tú no te vas a ningún lado sin mi.-Negó la morena sonriendo.
La rubia miró a su amiga y no pudo por más que sonreír.
-Bueno... y tú ¿qué querías?
-Pues... haber...
Se quedó callada un instante y miró a su amiga con tristeza. Un atismo de duda le vio a la mente... ¿se lo diría al fin?
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Aquí el capítulo 58!! Wiiii! 
Por cierto, necesito otras 2 voluntarias para la novela, no serán personajes principales, principales, sino más bien secundarios, pero tendrán una gran participación en la novela y estarán con los chicos. Pero no puedo contar nada más. 
Otra cosa... ¡HAY PERSONAJES NUEVOS! ¿Os gustan o por el contrario os dan mala espina? Eso del club ahora es un poco raro, pero será muy pero que muy significativo en la novela.
Besoooteees :)